¿Y tú lámpara… tiene aceite?
Dr. Iraida Amaro

¿Y tú lámpara… tiene aceite?

Mateo 25:1-4

Por: Dra. Iraida Amaro PHD

La vida consiste diariamente en prepararnos para un fin, todos queremos alcanzar metas y llegar a lo más lejos que podamos. Todos sabemos que para llegar a donde tanto anhelamos llegar, tenemos que estar bien capacitadas/preparadas.

Un ejemplo de esto es la historia de las diez vírgenes, donde podemos observar las dos caras de la moneda. Todas tenían un fin, una meta, y era entrar en la tan esperada boda con el novio (Jesús). Hay puntos de preparación importantes: ser diligente a tener todo listo y necesario, pensamientos claros, actuar sabiamente y precavidas.

Según la historia cinco de las diez vírgenes se relajaron totalmente y se fueron a esperar el encuentro sin estos puntos de preparación. Tomaron tiempo para ellas mismas, se descuidaron en su preparación. Ellas necesitaban algo muy importante para el camino y para esperar a su amado. Necesitaban el aceite para encender sus lámparas y no permitir que se apagaran.

Ese aceite que necesitaban era necesario para poder tener sus lámparas encendidas. Ese aceite simboliza el espíritu santo que es el poder de Dios. (1 Samuel 16:13) Representa la unción, luz, sanidad, pureza y si no lo tenemos no podemos iluminar con nuestras lámparas (con nuestras vidas, nuestro ser). Andar en oscuridad es andar sin Cristo, sin ese aceite en las lámparas no se puede llegar al lugar que Dios nos desea llevar. El camino con Dios requiere diligencia y entrega. Aquí no hay vacaciones ni descanso en la relacion con Dios, en hablar con El. Tenerlo presente en nuestros pensamientos es la orden del día.

Cada cual es responsable de conseguir su aceite, eso hicieron las cinco vírgenes prudentes. La cantidad y la calidad de aceite (espíritu santo) que requieres para encender la lámpara (que es tu vida) va a depender de en quién y en dónde lo busques, pero el verdadero aceite se encuentra en la intimidad con Dios, anhelando presencia del espíritu santo en nuestras vidas, es algo que los demás no pueden hacer por ti y que las personas que te rodean no te lo pueden prestar ni compartir. Mateo 25:10-13

Que no suceda como estas vírgenes insensatas, despistadas, dormidas, perezosas, negligentes. Cuidémonos y busquemos nuestro propio aceite. El Espíritu Santo (Dios, Jesús) desea llenarnos a todas para iluminar nuestras vidas al ir por el camino correcto, para así no perdernos de vivir en su reino eternamente.

Todas tenemos que ser diligentes en mantener nuestras lámparas encendidas con su aceite. ¿Qué tienes? Tu lámpara que simboliza tu vida. El aceite que simboliza al Espíritu Santo. Ahora tomaras el manto con el cual nos humillamos en oración al Padre para que el aceite(ES) mantenga nuestras lámparas (nuestras vidas) preparadas para que cuando suene la trompeta estemos listas. Vivamos una vida conforme al corazón de Dios.

Para este tiempo nos llama Jesús a buscar su presencia. Con su presencia llega la paz, llega el amor y el poder. Hay mucha necesidad que no se está cubriendo. Qué haremos si llega la indiferencia, cero o poco compromiso. Dios nos necesita!

El anillo entregado es el compromiso que deseas hacer con Jesús (eso simboliza). Si no deseas comprometerte quítalo y échalo a un lado.

Dios necesita mujeres y hombres decididos a creerle y confiar en Él. Si miras tus circunstancias y tus procesos, te rindes. Si miras la necesidad de los demás, Dios se encargara de los tuyos. Es tiempo de sembrar. No podemos esperar que alguien nos diga lo que tenemos que hacer porque si no se está en la línea de Dios no se llegará a aquellos que están en la necesidad. Dios está llamando a la compasión, al amor. Yo deseo ser de las vírgenes sensatas. Yo deseo seguir a Cristo. Yo decido creerle. Yo decido obedecerle y serle fiel.

Mi lámpara, mi aceite, mi manto, mi anillo. Sí, Señor Jesús! Pon en mí tu corazón